Solo tres citas y una mentira

Me ha gustado mucho este libro, el primero que leo de esta autora, la verdad es que es fresco, fácil de leer y sus personajes son bastante pintorescos, hizo mis noches muy agradables.

Nadia es una chica bastante moderna, la cual no le importa mucho eso de las citas y encontrar una pareja, prefería pasar sus noches junto a una bolsa de papas fritas y netflix, su mejor amiga Julia le insistía mucho en que encontrase pareja hasta que un día le propuso una cita a ciega que tuviera como base tres citas con el mismo chico, Nadia no pretendía hacer de esto real pero para quitarse a su amiga de encima acepto, nunca imagino que una mañana tocaría a su puerta Raul el "hombre perfecto" el cual sin tapujos la invito a salir y no conforme con eso le propuso tres citas, Nadia pensó en que Julia tenia la culpa de esto. O era Zeus? pues Julia decía que Zeus rompió del amor dos mitades y las regó en el mundo para que los humanos buscáramos siempre nuestra otra mitad, ustedes que piensan?

Lo que nunca Nadia pensó (y yo tampoco) fue en el engaño del cual seria protagonista junto a vengativo Raul, el cual utilizo la información de  las citas para vengarse de Manu (hermano de Julia) quien  estaba locamente enamorado de Nadia, una historia divinamente contada, la recomiendo mucho.

Sinopsis: Cuenta la leyenda que originalmente los humanos poseían cuatro piernas, cuatro brazos, dos rostros y una sola cabeza, y en ellos convivían el sexo femenino y masculino; pero Zeus, sintiéndose amenazado por la fortaleza de estos seres, les lanzó un rayo y los dividió en dos, condenándolos a vivir sin su mitad y a vagar en busca de ella para estar completos. 

Podría llegar a sonar romántico si no fuera porque, como veréis, mi mejor amiga se había tomado dicha leyenda como una especie de credo y parecía empeñada en que yo también formase parte de su secta.

Por cierto, soy Nadia, una mujer independiente, extrovertida, algo friki y con bastante carácter. Y no, contrariamente a lo que pensaba mi amiga, no quería encontrar al hombre de mi vida.

Y sí, ya sé lo que estáis pensando: que esta es la historia de cómo termino tragándome mis propias palabras…